Leyendo una revista seria, encontré que se hacía una breve
descripción laboral de dos personas en una misma institución aquí en Ecuador.
Me sorprendió que una de ellas lleve ya 36 años laborando ahí, y la otra
persona va ya para 32.
Me pregunto si esto será correcto en el entorno social
laboral que atraviesa el país, con tanta gente joven que, ávida por un trabajo,
sale de las universidades con un título bajo el brazo para el cual se
desvivieron unos 5-6 años en promedio. Si normalmente se inicia el estudio
universitario alrededor de los 18 años, bajo el supuesto anterior, estarían
graduándose entre los 23 y 24 años de edad.
Sólo para efectos de comparación, si esas personas con
amplia trayectoria laboral hubieran empezado a trabajar a los 18 años, hoy
tendrían como mínimo 54 y 50 años de edad respectivamente (yo tengo 37 para su
referencia). Con este preámbulo, al no ser yo un entendido en la rama de los
Recursos Humanos, me pregunto: ¿se está haciendo lo correcto?
En los anuncios de oportunidades laborales en el Ecuador, un
requisito usual es que la edad del aplicante esté dentro de un rango
determinado, que indica 35 años como máximo en un 95% de los avisos. Algún
motivo bien fundamentado tendrá (supongo). Yo voy a suponer deliberadamente
que, entre tantos otros, ese específico motivo es porque la persona "esté
al día", es decir: con conocimientos teóricos y prácticos frescos,
actualizados, innovadores, en todas las índoles (no sólo en lo tecnológico que
avanza vertiginosamente) y que sea consciente de la realidad del país (que
tenga conciencia social, ecológica, ética, moral, etc.). Esto permitiría que el
trabajo lo realice con responsabilidad y eficiencia.
Sin desmerecer en absoluto a los personajes retratados en
esa revista, que llevan ya treinta y tantos años laborando en el mismo lugar...
A más de la experiencia que es factor clave para algunos puestos de trabajo,
¿en qué otros aspectos podrían ser superiores a alguien que tenga la mitad de
su edad estimada (entre 25 y 27 años)? Desde el punto de vista deliberado que
escogí, ¿qué tan frescos, actualizados e innovadores estarán sus conocimientos,
y qué tan acoplados pueden estar para la ejecución del trabajo que actualmente
exigen las empresas? Saliendo un poco de ese marco, ¿qué tan ágiles pueden ser
para responder a la velocidad a la que se vive en este siglo XXI, donde la
demanda de los clientes por obtener productos y servicios de altísima calidad
es un estándar y ya no algo extraordinario? No cuestiono sobre habilidades ni
tolerancia a la presión (hoy, el pan de cada día en casi todo trabajo), porque
su experiencia puede compensar lo primero y aplacar lo segundo.
El escenario ha sido montado. He dejado un aspecto para el
final, que es la jubilación laboral, que sólo la menciono para que opinen los
entendidos en la materia. Resumiendo, se tiene un mar de profesionales pugnando
por una oportunidad laboral; hay muchas empresas que buscan reclutar personal
que, mientras más joven y con más conocimientos actualizados, mejor; en algunos
lugares hay reducción de personal por la situación económico-financiera del
país, o aprovechan la jubilación laboral para justificar este recorte; en otros
lados hay personal que coloquialmente les dicen que ya son "activos
fijos" por su tiempo de permanencia en la empresa.
Algo no cuadra: he plasmado realidades en proposiciones que
resultan ser contradictorias, mutuamente excluyentes, que por lo menos dos no
podrían ocurrir al mismo tiempo. La lógica no ha cambiado. Tal vez el error sea
mío por tener el panorama equivocado. Si es así, ayúdenme a corregirlo. Si por
el contrario estoy bastante acertado, entonces vuelvo a preguntar: a nivel de
Recursos Humanos, ¿se está haciendo lo correcto?